"Bob Dylan" , Óleo de Jiménez
A Bob Dylan
¿De dónde saliste? me pregunto....
en que noche salvaje fuiste herido por la música,
para que todo en ti sea una dulce canción.
Bohemio vagabundo que suspiras a la luna,
procurando con tu guitarra desterrar las almas de su olvido.
Haciendo principios de finales,
buscando las sensaciones que quedan en las estrellas más brillantes.
Aullando como perro en algún callejón de la ciudad
sin que nadie escuche, solo meditando....
revelando tus verdades heridas por la lluvia
o viendo a las palomas en el poste del parque ir a posarse.
Es tan cálido oírte...
desgreñado viajero de las rutas desoladas,
cavernícola urbano, colorido gitano.
Arrinconarse en tu esquina sombríamente iluminada
e ir a dejarse llevar por el sonido de tu armónica.
Ser nosotros en el viento que te pertenece
como volátiles hojas que a la deriva se mecen.
Eres una especie de héroe de la noche,
solitario ermitaño que va huyendo
tras una melodía que de repente crece.
Y nos llevas contigo a la deriva
de esas benditas piedras rodantes.
En la angosta carretera de la vida
donde los abandonados de la noche las levantan.
Huella
¿De dónde saliste? me pregunto....
en que noche salvaje fuiste herido por la música,
para que todo en ti sea una dulce canción.
Bohemio vagabundo que suspiras a la luna,
procurando con tu guitarra desterrar las almas de su olvido.
Haciendo principios de finales,
buscando las sensaciones que quedan en las estrellas más brillantes.
Aullando como perro en algún callejón de la ciudad
sin que nadie escuche, solo meditando....
revelando tus verdades heridas por la lluvia
o viendo a las palomas en el poste del parque ir a posarse.
Es tan cálido oírte...
desgreñado viajero de las rutas desoladas,
cavernícola urbano, colorido gitano.
Arrinconarse en tu esquina sombríamente iluminada
e ir a dejarse llevar por el sonido de tu armónica.
Ser nosotros en el viento que te pertenece
como volátiles hojas que a la deriva se mecen.
Eres una especie de héroe de la noche,
solitario ermitaño que va huyendo
tras una melodía que de repente crece.
Y nos llevas contigo a la deriva
de esas benditas piedras rodantes.
En la angosta carretera de la vida
donde los abandonados de la noche las levantan.
Huella